La diferencia entre una oposición y un concurso-oposición radica en el sistema selectivo empleado.

La oposición consiste en la superación de diversas pruebas o exámenes eliminatorios, dependiendo del tipo de categoría a la que se vaya a acceder. Estas pruebas se celebran a los fines de determinar la preparación técnica para ocupar el cargo y, con base en ello, establecer un orden de preferencia de acuerdo con los resultados obtenidos.

El concurso consiste en la comprobación y calificación de méritos de los aspirantes. Los méritos que se pueden valorar son, entre otros, la experiencia profesional, la formación académica, los idiomas, la formación complementaria, etc.

El concurso-oposición es una combinación de los dos sistemas anteriores. En primer lugar, los aspirantes deben superar una o más pruebas, como en una oposición. En segundo lugar, se valora la puntuación obtenida en las pruebas, así como los méritos de los aspirantes. La puntuación de las pruebas y de los méritos se suman para determinar el orden de prelación de los candidatos.

En general, la oposición es el sistema selectivo más utilizado para acceder a la función pública. El concurso-oposición se utiliza en algunos casos, como para puestos de especial responsabilidad o para puestos que requieren una experiencia profesional previa.